San Luis Potosí, domingo 3 de agosto de 2025.- Los tratamientos convencionales para trastornos mentales como la ansiedad y la depresión suelen presentar limitaciones, pues los medicamentos pueden aliviar ciertos síntomas pero empeorar otros, y la terapia no es igualmente efectiva para todos los pacientes. Frente a esto, el ejercicio se posiciona como una alternativa respaldada por la mayoría de los especialistas en salud mental.
Diversos estudios han demostrado que la actividad física regular tiene efectos positivos similares a los de algunos antidepresivos en casos de depresión leve a moderada, y en muchos casos se recomienda combinar ambas opciones para mejores resultados. El ejercicio contribuye a mejorar la calidad del sueño y a reducir el estrés, beneficios que pueden alcanzarse con sesiones de alrededor de 45 minutos, de tres a cinco veces por semana. Incluso actividades breves, como caminar unos minutos, pueden generar cambios favorables.
Los beneficios del ejercicio en el cerebro son múltiples: aumenta el flujo sanguíneo, reduce la inflamación y promueve la plasticidad cerebral. Además, induce la liberación de sustancias químicas relacionadas con el bienestar, como betaendorfinas, cannabinoides, dopamina y serotonina. Investigaciones recientes señalan que el ejercicio constante incluso puede fomentar la generación de nuevas neuronas en regiones clave como el hipocampo, vinculadas al estado de ánimo y la memoria, afectadas en quienes padecen ansiedad o depresión crónica.
En cuanto a los tipos de ejercicio, no hay consenso sobre cuál es el más efectivo para la salud mental. Sin embargo, prácticas como el yoga y el taichí, que integran movimientos suaves con técnicas de atención plena, parecen ser especialmente beneficiosas para aliviar la ansiedad. Por otro lado, el ejercicio intenso puede incrementar temporalmente los niveles de estrés, aunque a largo plazo también aporta mejoras significativas si se practica de manera constante y con atención a las señales del cuerpo.
Finalmente, la motivación es un factor crucial para que el ejercicio tenga efecto en personas con depresión, dado que los síntomas suelen incluir falta de energía y ánimo, lo que dificulta iniciar y mantener la actividad física.
El ejercicio se consolida así como un complemento fundamental para el tratamiento de trastornos mentales, capaz de transformar el funcionamiento cerebral y mejorar la calidad de vida.
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